miércoles, 11 de septiembre de 2013

Muchas razones por las que los niños deberían estudiar música


Puede parecer que el momento idóneo de plantearse las actividades extraescolares de los más pequeños sea poco antes del inicio de curso pero, aunque las comienzan a mediados de Septiembre, es por estas fechas que nos encontramos cuando suelen abrirse los períodos de matriculación para muchas de ellas.
520 doce razones para estudiar musica
Entre las actividades más clásicas destaca, además de los deportes, la música. Generaciones de niños han pasado por escuelas de música y conservatorios para ocupar sus tardes aprendiendo a tocar un instrumento. Se trata de una actividad que compagina su vertiente más lúdica con unos estudios paralelos a la tarea escolar, que generalmente se añaden a los deberes ordinarios, por lo que requiere de grandes dosis de motivación (de los niños que deben aplicarse a ello y de los padres y madres que han de apoyarles). Esta carga extra puede provocar reticencia y rechazo tanto de unos como de otros.
Pero las ventajas de emprender estudios musicales son muchas más que los inconvenientes. Aquí os dejamos una docena para aquellos que estéis indecisos o simplemente no os lo habiais planteado:

1. Desarrollo de la psicomotricidad

Para tocar un instrumento lo primero es conseguir que suene ya sea soplando, frotando un arco, pulsando una tecla o rasgando una cuerda. Una vez conseguido esto, el siguiente paso es dar “forma” al sonido y tocar notas concretas accionando los mecanismos necesarios. Todo ello mientras se lee la partitura. Un ejercicio de psicomotricidad de lo más completo.

2. Competencias en idiomas

Esa partitura de la que acabamos de hablar contiene instrucciones precisas sobre el ritmo, la altura, la duración, la velocidad, el carácter y la técnica precisa para tocar las notas; expresadas solamente con lineas, puntos, y algún que otro símbolo. Es como aprender a leer otro alfabeto, de la misma manera que si aprendemos ruso, griego o mandarín. Pero vamos más allá: la música tiene frases, sintagmas (semifrases) y palabras (motivos) que dan sentido al discurso musical, un auténtico sistema sintáctico que da coherencia a la música. Mientras aprenden música mejorarán su aprendizaje en conceptos propios de las lenguas y las competencias necesarias para aprehenderlas.

3. Pensamiento lógico

Especialmente en los primeros cursos -en los que se asimilan e interiorizan los conceptos básicos de la música-, las matemáticas y la lógica son fundamentales para comprender e interpretar el ritmo. Por eso, estudiar música desarrolla el razonamiento lógico-matemático y estructura los mapas mentales.

4. Pensamiento múltiple

Además de la psicomotricidad que mencionábamos para tocar el instrumento, hay que tener en cuenta que las notas deben sonar con la duración, afinación, intensidad, ritmo e intención que se nos pide en la partitura. O que nos pide el director. O nuestro compañero de atril. O todos a la vez.

5. Sensibilidad artística

Por encima de cualquier requerimiento técnico la música es un arte. Siendo así, tocar un instrumento desarrolla la creatividad a través de la experimentación, canaliza la exteriorización de los sentimientos y fomenta el desarrollo del criterio artístico.

6. Capacidad de autoescucha y reflexión

Es evidente que para dominar un instrumento hay que escuchar lo que se está tocando, analizarlo y corregir lo que sea necesario. Con el tiempo, el hábito de escucharse a uno mismo va más allá del instrumento y con ello el análisis y la reflexión de lo que nos decimos a nosotros mismos.

7. Empatía y habilidades sociales

Además de escucharse a sí mismo, para poder tocar en grupo es imprescindible escuchar a los demás, por lo que se desarrolla la empatía. Si el grupo es grande, como una banda o una orquesta, también se desarrollan las habilidades sociales necesarias para relacionarse con los demás miembros.

8. Educación en valores

Tocar con solvencia un instrumento no es fácil ni rápido. Requiere trabajo constante, esfuerzo y perseverancia; unos valores que la inmediatez de nuestro acelerado mundo parecen haber olvidado. Al mismo tiempo, tocando en público deberán superar sus miedos.

9. Autoestima

Los pequeños avances que día a día experimentará serán una fuente de satisfacción que gratificarán todo el esfuerzo invertido. A medio plazo el control sobre el instrumento será mayor, con lo que también crecerá la motivación y el perfeccionismo; al cabo de los años podrá mirar atrás y ver que ha merecido la pena y todo ha sido posible gracias a sí mismo.

10. Serán más responsables y cuidadosos

A excepción de los instrumentos más grandes (piano, órgano, clave, arpa, percusión, contrabajo…), cada estudiante utiliza su propio instrumento, tanto en el estudio personal como en clase. Los instrumentos musicales son delicados y por tanto requieren cierto cuidado en su manipulación y mantenimiento; en otras palabras: un instrumento necesita que seamos responsables y cuidadosos con él.

11. La casa será más alegre

Vale, un estudiante repitiendo hasta la saciedad la misma pieza (que encima suena desafinada) puede llegar a cansar, pero hay que reconocer que siempre da alegría a la casa (o al bloque de pisos, o a la calle entera…).


En definitiva, estudiar música es un ejercicio de los más completo, que ayuda a los más pequeños a desarrollar sus capacidades intelectuales, sociales y personales mientras se divierten. ¿Qué más se puede pedir?


Los niños tienen derecho a no dar besos ni abrazos si no quieren hacerlo

Todo el que tenga niños sabe que en la mayoría de los casos lo más normal es que se muestre verdaderamente renuente a dar muestras de afectos tales como besos o abrazos tanto a familiares como a conocidos y lo cierto es que obligarlos a hacerlo de todos modos es la peor de las opciones en cualquiera de los casos. Lo cierto es que obligar a los niños a demostrar afecto que no les nace de manera natural en realidad no los vuelve más sociables sino más vulnerables al abuso sexual y al desarrollo de conductas sexuales de complacencia, aunque los adultos desconozcan estas graves consecuencias.
Lo máximo que se le puede solicitar a un niño es que trate a los otros con respeto, pero nunca que haga demostraciones solamente por contentar a dicha persona o al adulto que se lo indica, ellos deben tener siempre el control de las elecciones en lo referente a su cuerpo y a la forma en la que interactúan con los otros, ya que mientras más rápido asimilen que tienen el total derecho de decidir qué hacer y con quienes, mejor será su desarrollo personal y más positiva su visión sobre si mismos, aprendiendo a respetarse y a cuidarse siempre, sin importar lo que digan los otros, algo que aunque parezca simple en una situación cotidiana de “dale un beso a la tía o se pondrá triste”, en realidad tiene un significado realmente importante en cuanto a no dejar paso a la manipulación, a la obligación o al condicionamiento.
Especialistas en el tema como la cofundadora y directora ejecutiva de Kidpower Teenpower Fullpower InternationalIrene van der Zande que maneja esta agrupación sin fines de lucro que se especializa en brindar información sobre prevención de la violencia y seguridad personal, indica:
“Cuando forzamos a los niños a someterse al afecto no deseado para evitar ofender a un familiar o lastimar los sentimientos de un amigo, les enseñamos que sus cuerpos en realidad no les pertenecen porque tienen que dejar a un lado sus propios sentimientos sobre lo que se siente bien para ellos”…“Esto lleva a que los niños sean abusados sexualmente, a que las adolescentes se sometan a comportamientos sexuales para ‘que yo le guste’ y a que los niños soporten el bullying porque todos están ‘divirtiéndose’”.
La gran mayoría de los padres no consiguen observar la magnitud del problema, obligar a un niño a tocar a la gente de forma inofensiva cuando ellos no lo sienten de forma natural los deja vulnerables a cualquier otra situación de riesgo con pederastas, teniendo en cuenta que en un alto porcentaje de casos de pedófilos, el abusivo es un conocido del niño, es sumamente probable que los adultos hayan obligado al niño a demostrarle “afecto” a ese individuo con anterioridad, por lo que el mensaje es realmente confuso para el pequeño, que se verá obligado a soportar los abusosya que siente que eso es lo que sus padres quieren que haga.
Ursula Wagner, especialista de salud mental explica por su parte:
“envía un mensaje de que hay ciertas situaciones en las que lo que hacen con sus cuerpos no depende de ellos”…“Si son obligados a mostrar afecto aunque no quieran, más adelante los hace vulnerables al abuso sexual”.

miércoles, 5 de junio de 2013

Cerrado por exámenes

Estamos en el periodo de exámenes y hasta que no finalicemos no podremos poner entradas, lo sentimos. 

martes, 21 de mayo de 2013

Cómo organizar un taller de cuentos en Educación Infantil





Cómo organizar un taller de cuentos en Educación Infantil



Son numerosos los beneficios de contar cuentos a un niño desde edad temprana, tanto en casa como en la escuela.
Es una herramienta estupenda para estimular, por ejemplo, el desarrollo del lenguaje oral, la imaginación y la creatividad, además de transmitir y enseñar valores morales, de comportamiento y convivencia.
Asimismo, algo tan sencillo como un cuento ayuda al niño a identificar sus propias emociones y las de los demás, lo que lleva a desarrollar la empatía y la autoestima; a relajarse en tanto presta atención y se entretiene; fomenta sentimientos de confianza, seguridad e independencia mientras estrecha lazos afectivos con sus padres, abuelos o educadores; estimula la memoria, la representación de símbolos, el gusto estético, y, en definitiva, a conocer e interpretar mejor el mundo circundante mediante el imaginario y a adquirir el hábito lector. Todo esto se hace imprescindible en Educación Infantil, donde el cuento debe ocupar un lugar primordial en el día a día de los más pequeños.
Te proponemos cinco sesiones modelo para que puedas organizar un taller de cuentos en el aula de infantil.
Cada educador debe valorar el número de sesiones que mejor se adapte al tiempo disponible y al número de niños, así como los ejercicios y juegos más apropiados para sus alumnos.
Como es una actividad realizada en grupo, debe realizarse en un ambiente cómodo y distendido. Sentar a los pequeños en círculo es una estupenda alternativa para captar su atención.

 PRIMERA SESIÓN
  • Para empezar no hay nada mejor que usar un elemento introductorio breve, como una canción, un poema infantil o una adivinanza relacionados de alguna forma con el cuento que se va a leer a continuación.
  • Se da comienzo a la lectura. Es bueno que el educador mantenga contacto visual con su público y que juegue con la voz, cambiando el tono con los distintos personajes y situaciones. Es imprescindible el uso de onomatopeyas para seguir la acción, sorprender y despertar la curiosidad de los niños. En sesiones posteriores, sería una buena idea que ellos mismos expresaran las onomatopeyas en voz alta para animar la narración e involucrarlos en ella.
  • No olvidemos mostrar las ilustraciones que acompañan el texto.
  • Como actividad de comprensión oral, una vez finalizado el cuento, se procederá a realizar una serie de preguntas relacionadas con él. Por ejemplo, ¿quién es el protagonista? ¿Dónde vive? ¿Con quién se encuentra? ¿Qué le sucede? ¿Hay algún villano en la historia?
  • La repetición encanta a los niños, puesto que les hace sentir seguros y ganar confianza, por lo que probablemente pidan una nueva lectura del cuento. Lo haremos, pero en esta ocasión introduciendo cambios en los nombres, objetos, lugares o situaciones para que los pequeños descubran las diferencias con respecto a la primera vez que lo escucharon. Cada vez que encuentren un cambio, pueden usar una palabra o frase escogida antes de empezar para interrumpir el relato y llamar la atención del profesor.
  • A continuación, poner en práctica alguna clase de juego inspirado en el relato para estimular la expresión corporal de los pequeños. Por ejemplo, repartir los distintos personajes del cuento entre los alumnos sentados en el suelo y, cada vez que sean nombrados en la lectura, tendrán que ocupar rápidamente una silla vacía. Otra opción es formar parejas o pequeños grupos y que cada uno tome el rol de un personaje (por ejemplo, unos hacen de leones y otros de elefantes). Más tarde, invierten los papeles para que todos puedan encarnar cada uno de ellos.

SEGUNDA SESIÓN
  • Se vuelve a contar el cuento para recordarlo. Una manera divertida de hacerlo podría ser formando un tren entre todos los pequeños mientras suena una canción. Cada vez que el profesor detiene la música, el tren se detiene en una estación y los niños escuchan un fragmento de la narración, mientras recuerdan también las ilustraciones de la misma. En cuanto suena de nuevo la música, el tren vuelve a formarse y se pone en marcha hasta la nueva parada/fragmento.
  • A continuación realizamos algún tipo de juego para ampliar vocabulario. Por ejemplo, el maestro/a reparte tarjetas con las palabras más representativas o complicadas que aparecen en el texto. Entre todos hablan de ellas y su significado, echando en un bote de cristal vacío aquellas que van a aprendiendo hasta que no quede ninguna.
  • Expresión plástica: se reparten varias escenas del cuento por parejas o equipos para que las coloreen. Una vez hecho, se ordenan las secuencias siguiendo la historia y se pegan en una o más cartulinas.

TERCERA SESIÓN
  • Juego de memoria: se escoge un objeto relacionado con la historia, el educador lo esconde y, mediante pistas, los niños deben encontrarlo.
  • Juego sensorial: se eligen de tres a cinco objetos que aparezcan en el relato y se guardan en un cofre o caja. Cada alumno con los ojos vendados debe adivinar de qué objeto se trata mediante el tacto.
  • Expresión plástica: usar plastilina para modelar personajes u objetos del cuento, bien sea por equipos o individualmente. Una vez acabada su figura cada uno, pueden juntarlas para escenificar el relato.

CUARTA SESIÓN
  • Juego de memoria: meteremos en una caja o cofre diversos objetos relacionados con el cuento a excepción de uno. Los niños deben averiguar cuál falta.
  • Juego musical: si aparecen instrumentos musicales en la historia, usar audio para identificarlos y conocerlos. En el caso contrario, podríamos establecer que cada personaje corresponde a un instrumento musical. Otra opción es elegir una canción relacionada con la historia que deberán aprender.
  • Expresión plástica: dejaremos que cada niño dibuje su visión del cuento trabajado para que recuerden nuevamente los detalles de la historia. Cada dibujo se expondrá en un tablón o en la pared de clase durante un tiempo. Otra opción es hacer recortables de cartulina, colorearlos y exhibirlos igualmente.

QUINTA SESIÓN
  • Dramatización de una escena: haremos grupos de tres a cinco niños, los cuales se encargarán de representar un fragmento del cuento. Si el taller de cuentos participan varias clases, son los profesores los que pueden hacer esta dramatización.
  • Es hora de recordar y crear… Sentados en círculo, el maestro/a hará preguntas sobre la historia y los animará a inventar una historia alternativa breve con nuevos personajes y un nuevo título. Las ideas se apuntan en la pizarra o en un papel, y más adelante los niños pueden ilustrarlo con sus propias creaciones. El educador se encargará de que dicho cuento forme parte de la biblioteca del aula, archivando las ideas y dibujos resultantes.

ENLACES DE INTERÉS
Puedes visitar los siguientes enlaces para ayudarte a preparar los talleres de cuento para Educación Infantil.